Fabricar tu mundo 2


Entonces comienza a taladrar una de tus paredes. Ves el agujero, pequeño, diminuto. Por él se cuela un susurro, te llega, te incomoda, te duele. No, no puedes tapar el agujero, no te está permitido. El aire entra y sale. Ahora te llega el mensaje. Acercas la oreja y sientes que tienes que abrir la puerta. Abres y alguien deposita en tu mano una semilla, es la semilla de la culpa y pronto brotará en ti y se hará grande, tan grande que destruirá tu casa, acabará con el sosiego y te convertirá en un ser fatuo. La pregunta es ¿tiras todo lo que te ha llevado una vida construir o plantas la semilla en un tiesto, la riegas y cuando tenga un tamaño soportable le devuelves la planta a la cigarra para que siga tocando un swing subida en ella y sea feliz?

Fabricar tu mundo


Uno comienza a forjarse una vida de adulto responsable y no es fácil. Renuncias a las locuras de la juventud, a regañadientes. Dejas atrás la libertad ingenua de la infancia. Te fabricas un estilo de vida en el que intentas un cierto confort, una cierta independencia y unos muros grandes tras los que ser tu mismo. Un ejercicio de supervivencia harto difícil porque para ello has tenido que renunciar a mucho, te has sacrificado y esforzado con los tuyos,  mientras otros eran cigarras y ni te veían. Y cuando estás sintiendo que ha merecido la pena, alguien quiere entrar porque le gusta lo que tienes… ¡Cuidado!

Ausencias



Es difícil despedirte de los afectos, de los olores y colores que llenaron tantos momentos de nuestra vida. Cerrar puertas que sabes nunca volverás abrir, no escuchar los pasos que les traían hasta nosotros. No volver a encontrar los rostros, las sonrisas, las voces.
Difícil dejar atrás paisajes y personas que conformaron un tiempo, el nuestro.
Esta mañana rocé con mi mirada el espacio vacío que la ausencia ha dejado desnudo, he sentido que una grieta se abría a mis pies. Es el momento de seguir adelante por todo lo que ayer determinó todo lo que hoy soy. Siempre conservaré ese tiempo dentro de mi, hasta el final. El mar, el sol, el olor del jazmín. Ellos.